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Paritaria 2018: en defensa del trabajo y el salario

Ante el anuncio de convocatoria a paritaria, desde ATE Rosario reiteramos que cualquier negociación debe tener en cuenta las verdaderas necesidades de las trabajadoras y los trabajadores del Estado.



El gobierno provincial anunció la convocatoria a paritaria para estatales y docentes. La reunión, que llega mucho más tarde de lo esperado, será el próximo martes 20 de febrero. Aunque los funcionarios adelantaron que no habrá pisos ni techos, sabemos que están presionados por el pacto fiscal firmado con la Nación y que intentarán reducir el porcentaje de aumento tanto como sea posible. Para ello, ya evalúan sostener la cláusula gatillo, que en 2017 implicó una suba extra de $140 en promedio, mientras que se multiplicaron varias veces las tarifas de los servicios y los alquileres.

Desde ATE Rosario insistimos con que los aumentos tienen que ser acordes a las necesidades de las trabajadoras y los trabajadores. Hoy, muchos estatales santafesinos tienen ingresos que no alcanzan siquiera a superar la línea de pobreza establecida por el INDEC, que en diciembre pasado apenas sobrepasó los $16.000. Además, percibimos asignaciones familiares absolutamente irrisorias, de $260 por mes por hijo/a y de $170 por año para ayuda escolar, por ejemplo.

En ese marco, creemos necesario subrayar que los estatales necesitamos una recomposición salarial que ubique nuestros ingresos en sintonía con la realidad económica del país y con lo que realmente debemos ganar para garantizar una vida digna para nosotros y nuestras familias. Sólo después de esa medida se pueden discutir porcentajes de aumento acordes a la inflación.

Aún cuando se nos ofreciera un porcentaje acorde a la realidad provincial, es necesario esclarecer la composición del salario de tal forma que tengamos un básico claro y se integren al mismo todas las sumas no remunerativas y otros ítems que afectan los ingresos reales, tanto de los trabajadores activos como de los jubilados. Si se continúa con la estructura “sábana” del recibo de sueldo actual, la aplicación de cualquier porcentaje es caprichoso y sólo verificamos el mismo al momento de retirar el sueldo del cajero.

Por otro lado, la inflación, de ninguna manera puede calcularse en base a las proyecciones del gobierno nacional (que estima en 15% para 2018 y pretende que ese sea el techo de aumento salarial), ya que vimos como en 2017 no pudo cumplir ninguna de sus metas: pretendían imponer un techo del 20% a las negociaciones porque prometían que la inflación sería de entre el 12% y el 15% y terminó alcanzando, en Santa Fe, el 26,1%. Hoy se dieron a conocer los números de enero del INDEC, con un 1,8% de aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y un 25% interanual. Con estos datos, se prevé que la inflación de febrero suba a 2,5% y que en el primer cuatrimestre del año alcance a 7,5%, es decir, la mitad de lo esperado para todo 2018.

Esta propuesta no es caprichosa y está basada en informes que elaboran nuestros compañeros y nuestras compañeras de la Junta Interna de ATE INDEC. Allí establecen que el salario mínimo que debería percibir cualquier trabajador ascendía en diciembre de 2017 a $26.496. Además, realizan estudios periódicos en los que analizan la pérdida de poder adquisitivo que venimos padeciendo desde hace años y que se profundizó durante el gobierno macrista. La conclusión es que en diciembre de 2017 el salario real resultó 11,3% inferior al de noviembre de 2015.

Por último, consideramos que también hay que discutir seriamente las condiciones del empleo público, para evitar que siga perdiendo jerarquía. Eso implica terminar con la precariedad y garantizar la debida estabilidad a todos los trabajadores y a todas las trabajadoras. Y, por supuesto, recuperar, luego de décadas de continuo deterioro, niveles razonables para los salarios.

Tal como dijimos a comienzos de enero, cuando ya exigíamos la apertura de la discusión paritaria, la clase trabajadora está soportando un ajuste brutal. Porque es sobre nuestras espaldas que recae el peso de los aumentos de todo menos de nuestros ingresos. Y no sólo hablamos de la inflación: también nos persigue el fantasma de la desocupación, se multiplican los despidos tanto en el ámbito público como privado, se incrementa la persecución a la dirigencia gremial y social y la represión de la protesta, que crece justamente para defender los derechos que nos quieren arrebatar.

Por eso, la paritaria tiene que estar acorde a nuestras necesidades y las de nuestras familias, en sintonía con la defensa del trabajo y del salario. Y es imperioso un aumento salarial real, un incremento de las asignaciones familiares urgente, el fin de la precarización en el Estado y garantizar la estabilidad a todas las trabajadoras y los trabajadores estatales de Santa Fe.

*Equipo de Comunicación ATE Rosario.


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