"La resistencia va a estar hasta último momento"
Así lo sostiene Daniel Firpo, trabajador de FANAZUL con más de 40 años de antigüedad. El compañero se reunió con miembros de la Junta Interna de FMFLB y de la Comisión Administrativa de ATE Rosario durante el acto del pasado 17 de abril.
Los 220 despidos en Fanazul simbolizan no sólo la agresividad del ajuste del gobierno de Mauricio Macri sino también el peor recuerdo de la década de los 90 cuando de 14 Fábricas Militares en todo el país quedaron sólo cuatro. Durante el importante acto que tuvo lugar el pasado martes 17 de abril frente a la municipalidad, los miembros de la Junta Interna de FMFLB y de la Comisión Administrativa de ATE se reunieron con Daniel Firpo, compañero fabriquero con más de 40 años de antigüedad. “Es la tercera vez que vivo una situación como esta: en el 91, en el 96 y ahora con esta crisis que ha desatado esta gestión”, explicó el trabajador.
A pesar de una avanzada feroz y constante, Firpo eleva el mensaje que transmite el conjunto de compañeros de Fanazul: “La resistencia de los trabajadores va que a estar hasta último momento. No vamos a permitir que sigan desmantelando la fábrica”.
Ante los intentos de las autoridades de vaciar enteramente el predio, el también miembro ATE Azul denuncia la “falta de escrúpulos” a la hora de “llegar con camiones para cargar lo que queda de Fanazul, con trabajadores que vienen presionados para llevar adelante esa tarea”.
“Afuera hay 220 compañeros que se quedaron sin trabajo, algunos quedaron hasta en situación de calle y han perdido a sus familias. Hay que entender que esto no sólo afecta al trabajador como individuo, sino que trae un desbarajuste en el mismo núcleo familiar. Quien vive una situación como esta pasa de tener un salario básico a no tener ningún ingreso, y en el medio hay compromisos económicos muy importantes; como puede ser terminar de pagar un auto, o incluso un hogar”.
“Son 220 familias y una ciudad entera, con una falta de 9 millones de pesos que se volcaban en los comercios”, explica ante un situación que compromete a toda una región: “Están cerrando una cerámica en Valle Viejo, echaron un montón de personas de la Anónima, y así”.
Para Firpo, Azul está pasando una de las situaciones más críticas de la provincia: “No tenemos empresas donde ir a trabajar. Tenemos una papelera conformada en una cooperativa que pasaron de pagar 20 mil a 200 mil pesos de electricidad. No la van a poder mantener”, y mientras tanto “la juventud está migrando como cuando cerraban los ferrocarriles y cerraban pueblos enteros”.
Los medios de comunicación de la ciudad han visibilizado los caminos que optaron algunos de los cesanteados; particularmente el diario del martes llevaba de título “Nunca pensé tener una librería”. “Nunca pensó abrir un comercio porque como todos pensábamos jubilarnos acá”, reflexiona Firpo.
“Esto es como una empresa familiar, de los chicos que están ahora yo he visto pasar a los padres y hasta los abuelos. De la comunidad de Azul un 30% debe haber pasado por esta fábrica. Para revertir esto es necesario justamente que tomemos conciencia como comunidad, conciencia de clase trabajadora porque esta nos atraviesa a todos”.
*Equipo de Comunicación ATE Rosario.
