ATE Rosario - Asociación de Trabajadores del Estado Rosario
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El Pocho vive en nosotras y nosotros

A 20 años de la rebelión popular y la masacre decimos que Pocho nos sigue convocando a juntarnos para exigir juicio y castigo a lxs responsables. Compartimos las palabras de la Secretaria General de ATE Rosario, Lorena Almirón.



Recuerdo cuando me enteré en la escuela de Santa Lucía, donde trabajo, del asesinato de un asistente escolar. Fue Sara Vera, también trabajadora de la Cocina Centralizada, quién me trajo la noticia de su muerte en el marco de una convulsión social generada por el hambre y respondida a balazos por los gobiernos.

Años después, cuando empecé a militar en el sindicato, lo que me acercó a Pocho fue el libro ‘Pocho Vive’. Sus páginas me fueron guiando a través de su vida apasionante, de su historia, de quienes militaron con él y de las pibas y pibes del barrio Ludueña.

Hay una frase del cura Edgardo Montaldo, su mentor, que me marcó para siempre: “Pocho era un trabajador del Estado asesinado por la policía de Reutemann en su lugar de trabajo”. Una definición política sobre la que construimos las y los asistentes el reclamo por justicia y la reivindicación de su compromiso y ejemplo.

Más allá de esa imagen del militante social que despeinado andaba en su bici llevando mil guisos en su mochila, el Pocho fue un trabajador precarizado que había sido despedido y que peleó, desde nuestro sindicato y nuestra CTA Autónoma, instalando una carpa en su lugar de trabajo hasta lograr su reinstalación.

Un luchador que sufrió el castigo de ser envidado a trabajar, tras su reincorporación, bien lejos de su barrio. El mismo castigo que recibiera su compañero de trabajo Ángel Porcu. Dos compañeros enormes que formaron parte de la afiliación masiva de trabajadores provinciales a nuestro sindicato.

El Pocho defendió los derechos de pibes y pibas del barrio tanto como el de sus compañerxs de trabajo. Ese perfil de solidaridad de clase, de sensibilidad y coraje que lo llevó a aquel techo de la escuela a “gritarle” a la policía asesina: ‘paren de tirar, que hay pibes comiendo’. Por eso, el balazo certero de Esteban Velázquez fue a su garganta.

Sigue siendo tarea de las y los dirigentes sindicales, hacer carne esa humildad que tenía y ese grito de VIVE que “plantó” su madre en su jardín, para que sea un mandato que nos interpele para lograr aquella sociedad que él soñó junto los cientos de pibes y pibas que organizó en los barrios.

A 20 años de la rebelión popular y la masacre decimos que Pocho nos sigue convocando a juntarnos: en su cumple-carnaval, exigiendo justicia en cada marcha de los 19 y 20, en las movidas de las y los inundados de Santa Fe, contra la violencia institucional, en defensa de los DD.HH. y para que nuestros pibes y pibas puedan construir y habitar ese mundo donde quepan todos los mundos.

Lorena Almirón
Secretaria General de ATE Rosario