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Congreso contra los agrotóxicos: “Porque no hay salud humana en territorios enfermos”

Investigadores, científicos, organizaciones ambientalistas y sindicatos realizan un encuentro contra los agronegocios y el modelo extractivista. Se presentó un estudio inédito que demuestra que, en determinados lugares, el glifosato produce alteraciones genéticas. Anoche la Marcha de los Barbijos cruzó la ciudad.



Redacción Canal Abierto | Ayer, mientras se conmemoraba el Día Mundial del Ambiente, en Rosario se inauguró el Congreso Internacional de Salud Socio-Ambiental en el que participan movimientos sociales y científicos críticos al extractivismo junto a distintos sectores vinculados a la lucha contra la contaminación producida por los venenos industriales utilizados para cultivos masivos. La jornada se cerró a la noche con la Marcha Plurinacional de los Barbijos, desde Plaza San Martín hasta el Monumento a la Bandera, en la que asambleas ciudadanas, campesinos, indígenas y productores agropecuarios que no utilizan tóxicos denunciaron las fumigaciones y el modelo transgénico.

“Este sistema extractivista viene arrasando con la biodiversidad, la soberanía alimentaria y energética de los pueblos y, por ende, atenta contra la salud y provoca daños irreparables”, afirma la convocatoria. Entre las decenas de organizaciones convocantes están El Paraná no se toca, Comisión de Derechos Humanos de San Lorenzo, la ONG Muyuqui, el Instituto de Estudios en Salud de ATE ARGENTINA, y la campaña Paren de Fumigarnos (de Santa Fe).

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Además, el martes tuvo lugar en la sede de ATE Rosario el “Tribunal del agronegocio”, enmarcado en el “Seminario de Epidemiología Crítica y Salud Colectiva”, y de las actividades previas al “II Encuentro Intercontinental Madre Tierra, Una Sola Salud – V Congreso Internacional de Salud Socioambiental”.

“Con el reconocimiento de los derechos de la naturaleza por parte de la Constitución del Ecuador, y los Derechos de la Madre Tierra en Bolivia, surge la necesidad de evaluar cómo estos derechos de identificar las potencialidades de esta nueva generación de derechos para que se conviertan en una herramienta en los procesos de resistencia a las actividades económicas que afectan por igual a las comunidades, personas y la naturaleza”, sostienen los organizadores en el documento de presentación.

Canal Abierto dialogó con Damián Verzeñassi, médico director del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad  Nacional de Rosario, quién  explicó que el objetivo del Congreso es que representantes “de distintos países de América Latina y el mundo, investigadores, trabajadores de la salud, del derecho, las comunidades y los movimientos sociales, puedan poner en discusión qué ciencia tenemos, que ciencia queremos para quién y con quién la vamos a hacer, porque no hay salud humana en territorios enfermos”

Durante las ponencias se presentarán las traducciones de los “Monsanto Papers”, una serie de  documentos que han permitido que en Estados Unidos la empresa haya perdido tres juicios multimillonarios en los últimos meses, porque se demostró que antes de liberar sus productos al ambiente la compañía (desde 2018 en manos de la alemana Bayer) ya sabía que eran dañinos para la salud y ocultó esa información. Además hay más de 13.000 juicios en espera. En nuestro país, el gobierno de Mauricio Macri aprobó veinte transgénicos con uso masivo de peligrosos agrotóxicos. Las empresas beneficiadas fueron, Monsanto-Bayer, Bioceres-Indear, Dow, Basf, Tecnoplant, Syngenta y Pioneer.

En ese sentido, Verzeñassi destacó la novedosa presentación del investigador Rafael Lajmanovich: “Uno de los científicos más brillantes de la región. Sus trabajos –explica- fueron usados para reclasificar al glifosato en 2015, siguiendo los pasos de Andrés Carrasco, desde el territorio, despojándose de esa característica personalista que abrazan muchos investigadores su laboratorio comprobó mediante datos concretos y evidencia científica que cuando el glifosato se combina con arsénico genera daños endocrinos realmente importantes que nos pone en peligro a nosotros y nuestros hijos”.

Para conocer más sobre el trascendental descubrimiento este portal dialogó con el propio Lajmanovich, doctor en Ciencias Naturales, Licenciado en Biodiversidad: “Se trata de un trabajo experimental que relaciona la toxicidad del arsénico con el glifosato, que demuestra que cuando el arsénico se sinergiza con el glifosato se potencia la acción de ambas sustancias y se producen efectos hormonales incrementando los valores de hormonas tiroides, y además hay mayor proliferación celular y aumenta la geno-toxicidad”.

“La conclusión es que el riesgo ecológico aumenta considerablemente en zonas donde naturalmente existe el arsénico y a su vez se está utilizando glifosato, produciendo daño en el ADN”, completa el especialista en Ambiente, Conservación y Sustentabilidad.

En Argentina ya se lograron más de 25 fallos que prohíben las fumigaciones en cercanías de escuelas, cursos de agua y barrios. En las últimas semanas, en Entre Ríos, el Foro Ecologista de Paraná y el sindicato docente Agmer obtuvieron una sentencia inédita que prohíbe fumigar a menos de 1000 metros de las escuelas y 3000 si se realiza con avionetas.

Los barbijos contra los venenos (*)

Entre muchas personas de diferentes puntos del país, entre los cuales hay representantes de asambleas de distintas provincias que resisten al extractivismo, se destacan un montón de pibas y pibes de Villa Constitución que cantan por las calles de Rosario. Hace dos años, en su pueblo de 50.000 habitantes vieron un cartel y quisieron saber. Nitron es una empresa estadounidense, que junto a su concesionaria PTP Warren, instalaron un depósito de fertilizantes a 360 metros de varios barrios. Las pibas y los pibes, junto a muchos otros vecinos, juntaron 15.000 firmas para hacer la primera consulta popular en la historia de la provincia de Santa Fe. Preguntan, casa por casa, si los vecinos quieren vivir contaminados. Por eso, y por acampar frente al depósito y oponerse a que su ciudad reciba 160 mil toneladas de veneno, los golpearon y metieron presos el pasado 2 de abril.

Sobra evidencia científica. Incluso, ayer se hizo un tribunal contra el agronegocio: expusieron más de 17 personas afectadas en los territorios y en sus cuerpos y su salud, e investigadores que presentaron pruebas de afectaciones al medio ambiente. El juicio popular fue presidido por Carlos Matheu, que fue el fiscal de la histórica causa de las Madres de Ituzaingó Anexo en Córdoba. En los próximos días se podrá escuchar la sentencia en el Congreso, y conocer con lujo de detalles cómo el agronegocio está produciendo un ecocidio y un genocidio por goteo.

(*) Publicado en Revista Cítrica

Entrevistas, fotos y cobertura general: Juan Alaimes


Tags de noticia: Salud