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Ciancaglini: "En los '90 los medios perdieron el sentido informativo"

Sergio Ciancaglini estuvo el pasado 26 de mayo en ATE Rosario en el marco de una importante jornada que contó con una asamblea en Fábrica Militar Fray Luis Beltrán. A poco de celebrarse el Día del Periodista compartimos una entrevista con el cofundador de la cooperativa La Vaca, quien allá por el 2002  se inspiró en la fábricas recuperadas por sus trabajadores, para volcarse y apostar de lleno a la idea de poner en marcha sus propios proyectos de manera grupal y colectiva



Invitado por ATE Rosario, el periodista Sergio Ciancaglini participó el pasado 26 de mayo de una importante asamblea Fabrica Militar Fray Luis Beltrán a fin de conocer en detalle lo que sucede en las áreas de producción del Estado. La misma contaba también con la participación del Secretario General de ATE Nacional, Hugo "Cachorro" Godoy.

Ciancanglini nació en 1955 y estudió periodismo en La Plata, “en una época complicada”. A partir de 2002 cuando se genera la idea de la Cooperativa La Vaca, se volcó y apostó de lleno a la idea de poner en marcha sus propios proyectos de manera grupal y colectiva.  Actualmente el programa de radio de La Vaca se escucha en unas 180 radios en todo el país.

“Pensar 'qué es lo común' para trabajar juntos”

Esto nos desvela el entrevistado y fundador de la Cooperativa periodística La Vaca, afirmando el sentido que le pusieron él y sus compañeros de transmitir siempre la verdad. Porque entre las verdades y las pseudos verdades hay un largo camino que en Argentina todavía no culminó. En el mundo entero no acabó el debate de cómo difundir información y más cuándo una información devela permanentemente intereses políticos.

Tuvo que pasar mucha agua bajo el puente para llegar a construir un espacio de verdades colectivas: "Hay que remitirse inevitablemente la larga infamia menemista, donde los medios amanecieron sin su forma humana", reflexiona el entrevistado. Testigo directo de estos cambios económicos que una vez más sorprenden a propios y extraños, con ajustes, despidos, precarización laboral y bajos salarios.

Periodista de una basta experiencia: comenzó en La Razón, convocado por Jacobo Timerman; siguió en Página/12, como editor dominical; luego en Clarín, “cuando era un diario”, y más tarde en la revista Tres Puntos y en Nueva. Hasta llegar a este presente de la multifacética cooperativa periodista que muge y muge en día a día

¿Dónde ubicarías el quiebre con el periodismo que llamas tradicional?

Lo que nos pasó a nosotros (en MU), fue que viniendo del trabajo convencional periodístico, habiendo trabajado con Jacobo Timerman en la Razón, por ejemplo, o en lo que fue todo el arranque con Página 12, o Clarín que en una época tuvo un arranque similar. Como Página estaba muy fuerte en estos temas, Clarín no quería quedar atrasado y me llamaron a mí, por ejemplo. Siendo que yo escribí notas contrarias a Clarín. Fueron como momentos en los cuales todavía se podía hacer periodismo. Lo que descubrimos es que en la década del 90, se acabó.

Eran periodistas críticos...

Si, con diferentes opiniones, incluso distintas a la línea editorial del diario, dejaron de existir. Pongo por ejemplo a Gregorio Selser, monstruo del periodismo en los años 60´s y demás, y él publicaba en el diario La Prensa, diario absolutamente conservador. Ahora, Selser, es un modelo totalmente diferente a lo que uno se podría imaginar. Por ejemplo en Clarín, la sección política y fuerzas armadas en los años 60´s la dirigía Osvaldo Bayer. Eran todavía empresas, que siendo lo que eran, se permitían tener a gente que pensaba diferente trabajando en lugares así.

¿Cuál era el esquema de trabajo?

Existía la capacidad para pensarse, para ser más legítimo, incluir otras voces realmente diferente y de gente muy importante.

Trasladémoslos a los años 90, centralizando el imaginario en la perdida de lo verosímil, de lo verdadero, de lo que debe ser creíble. Entonces vemos que lo era un periodismo convencional y de empresas periodísticas se transformó en un periodismo que perdió su sentido informativo y empezó a convertirse en una máquina de ocultar datos y en una máquina de extorsión en muchos casos a gobiernos y demás. Una máquina en donde la información ya jugaba para otro negocio, e incluso las propias empresas dejaron de ser empresas periodísticas y fueron subsumidas en empresas mayores, todas trabajando en órbita que ya no se sabe quién es el dueño. Lo que vimos es que cada vez se hacía más complejo hacer el periodismo que nos gustaba hacer y ahí fue que se nos ocurrió, inspirados en las fábricas recuperadas, a hacer una cooperativa de trabajo.

Pensar en nosotros mismos...

Claro, por qué en lugar de pensar que nos contrate alguien piola, porque no lo hacemos nosotros mismos. Y la cooperativa nos permitió organizarnos de ese modo y lo tecnológico nos dio una herramienta positiva, en este caso, que es poder hacerlo a través de una página de Internet, porque no tenemos plata para tener un edificio y demás.

Al hacer esto, empezamos después a reunir los materiales que hacíamos y publicar libros y de allí nació la idea de hacer un programa de radio, que por suerte hoy lo transmitimos en más de 180 radios de todo el país que son comunitarias. También creamos MU que es nuestra revista mensual y además se imprime en una fábrica recuperada.

¿Sobre que contenidos se construye la noticia periodística? ¿Dentro de que paradigmas se puede contextualizar el trabajo que programan a diario?

Empezamos también a ver esto de que se podía abrir con mucha gente espacios de trabajo, de periodismo de pensamiento o de capacitación y podíamos hacer las cosas juntas. Y había mucha gente que tenía muchas ganas de hacer eso y era toda gente que no estaba dentro de los espacios del periodismo convencional. Para nosotros es muy lindo tener esa consideración de que revistas como MU o el programa de radio puedan ser tomados como una referencia de lo que es otro periodismo.

Como tocamos temas que no se tocan en general y creemos que son temas cruciales y claros, nadie habla de eso. Te dicen los grandes temas argentinos, y se juntan diputados y senadores y programas de televisión con panelistas y hablan de cosas que yo cuando recorro el país, nadie habla.

¿Que pasa cuándo recorres el país y te encontrás con problemas que la gente transmite como parte de su vida?

Se habla de lo que pasa en los territorios, en las provincias, de la caída de las economías regionales, de la amenaza de las corporaciones al vaciar el campo argentino e inundarlo de soja, de la amenaza que representa la minería a cielo abierto, la amenaza que representa incluso un sistema representativo que no es democrático, te diría, porque son modelos de representación que no hacen lo que la gente les pide. Fíjense que nunca nadie llama a una consulta popular para nada, por ejemplo, la única vez que llamaron a una consulta popular a la gente fue cuando la historia del Canal de Beagle. Ahora cuando se ha llamado en los territorios a la gente a cuando la historia del Canal de Beagle. Ahora cuando se ha llamado en los territorios a la gente a que opine, por ejemplo en Eskel, sobre la minería a cielo abierto, resulta que el 82% votó en contra de la minería. Y en Lonko Pué también pasó lo mismo. Esas pequeñas localidades lograron algo increíble que fue frenar a multinacionales gigantescas.

Es un grupo de gente que con convicciones, diciendo la verdad, logró efectos sociales muy importantes, a mi me hace acordar con el tema de Derechos Humanos a lo que lograron unas pocas señoras, madres y abuelas, unas poquitas, cuando en este país se festejaba el mundial de fútbol, esas poquitas personas fíjense lo que han logrado cuando uno ve la historia un poco más larga. Frente a lo que parecía imposible esas mujeres fueron el motor para que hoy haya 500 genocidas presos. Entonces, vos ves ahí el valor de las personas, aunque sean poquitas, que se juntan contra lo que parece ser los grandes consensos.

Pareciera que las cuestiones sociales que construyen son principalmente pensadas integralmente.

Lo territorial, lo ambiental, lo político, lo cultural, lo artístico, hablábamos recién del tema del teatro comunitario. Hay cantidad de experiencias de gente que está haciendo cosas nuevas. Y me parece que eso es una maravilla. Y a uno le permite pensar en estas épocas que son trágicas, que hay esa semilla de gente que resiste y a la vez crea, y al crear y abrir una puerta es como que uno empieza a respirar más.

Volvamos un segundo a los años noventa, revisando el 2001, y las generaciones políticas que se evidenciaron con los años del Kirchnerismo. Poniendo el acento en los medios de comunicación ¿Quién marca la agenda?

En los noventas si no estabas en el programa de Neustad, no existías. Y realmente era una “marcianada” pensar así las cosas. Hoy tenés, que se yo, Intratables, el año pasado era 6,7,8. La pavada es pensar que la televisión marca la realidad, porque la televisión es ciega, la televisión no ve las cosas. Yo estuve en Quimilí con la gente del Mocase y estaba tomando un café con leche en un bar y en la televisión estábamos viendo en uno de estos canales de noticias, un choque que había sido a la vuelta de mi casa en Buenos Aires. Es decir, yo había viajado mil kilómetros y en la televisión estaban dando noticias de Buenos Aires, como si en Quimilí les importara que un colectivo cruzara mal un semáforo en Rivadavia y Castro Barros.

¿Y que sucede en Quimilì?

Y nosotros que estábamos ahí, veíamos una cosa increíble de producción campesina, de producción agroecológica, de cómo lograr sobrevivir y que los chicos entren en un sistema educativo, de cómo generan producción, de cómo frente a la invasión territorial hay gente que genera un modelo nuevo. Para mí es más importante eso que el colectivo y el choque en Buenos Aires. Las empresas mediáticas por un lado, a los movimientos sociales, los atacan y por otro los ignoran, o los atacan y el ataque es ignorado o directamente no existen como noticia.

¿Cuántos y quienes trabajan en la cooperativa y cual es la metodología de trabajo?

En la Cooperativa la metodología de trabajo es que somos 20 personas, algunos se dedican al bar, que está en Hipólito Yrigoyen 1440, es un bar y librería, donde también hay productos de emprendimientos comunitarios, cooperativas, editoriales independientes. O se puede tomar café con leche y comer empanadas caseras o por ejemplo, hay mate de cooperativas misioneras. Hay un grupo que se ocupa más del bar, también hay un grupo más avocado a lo periodístico, al programa de radio, aunque también nos mezclamos, y somos 20 familias que estamos viviendo de la Cooperativa.

Es una red en redes

Este trabajo también nos pone en nexo con otra cantidad de experiencias de cooperativas, grupos de mujeres, grupos de chicos, y hacemos dos cátedras, que son la Cátedra Autónoma en Comunicación Social, que es para generar la idea de autogestión de medios, es una cátedra que en un año la idea es que te pone en marcha para poner tu propio medio de comunicación.

Hay una Cátedra de Periodismo y Comunicación Ambiental…

Y este año estamos haciendo otra, sobre un tema muy interesante que es la idea de descolonizad, que es la idea de cómo nos repensamos a nosotros mismos y descolonizamos nuestras cabezas, porque no nos damos cuenta pero de muchos modos nos enseñan a ver las cosas y a pensarlas equivocadamente, por ejemplo cuando decimos “Colón descubrió América, estamos diciendo una burrada” o que en “Argentina hubo una conquista del desierto”.

Una cosa que nos pasó fue que aprendimos muchísimo cuando nos sacamos preconceptos, y aprendimos de la realidad, de lo que nos decía la gente. Entonces, creemos que hay que estar con la cabeza muy abierta, digamos, no con preconceptos, yo prefiero ver cómo funcionan las cuestiones y a partir de eso pensar qué es lo común para trabajar juntos.

*Equipo de Comunicación ATE Rosario.

 

 


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