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Interpelaciones demoradas que se debatieron en ATE Rosario

El viernes pasado se realizó en Rosario la presentación de la publicación “Mortalidad materna, abortos y cesáreas: tres interpelaciones demoradas”. De la actividad participaron trabajadores y trabajadoras estatales de diversos organismos y puntos del país, que abrieron el debate sobre estas problemáticas que atraviesan al colectivo de mujeres y, por ello, a toda la población.



Mortalidad materna, abortos y cesáreas: tres interpelaciones demoradas es el título de la cartilla elaborada por el área de Salud del Instituto de Estudios sobre Estado y Participación (IDEP-Salud) y que se presentó el viernes pasado en el salón Héctor Quagliaro de la seccional Rosario de ATE. Se trata de un importante trabajo de investigación y estadístico que forma parte de la colección “Cuadernos para volver a Carrillo” pensada bajo el lema “la salud pública argentina escrita por trabajadorxs”.

La actividad se realizó en el marco del 28 de mayo, Día Mundial de Acción por la Salud de las Mujeres. Del panel de la presentación local participaron Mario Borini, uno de los autores del informe; Marcela Elola, delegada de ATE y obstétrica en el SAMCO de Villa Constitución; y Ofelia López, integrante de Doulas de Rosario. La charla fue coordinada por Marta Galante, la Directora del Departamento de Género de ATE Nacional.

“Nuestros compañeros técnicos y profesionales del IDEP elaboraron este informe porque creemos que nuestro sindicato tiene que abordar la problemática de la muerte de las mujeres y por qué se dan. Poner en debate este tema con nuestra organización es muy importante”, puntualizó Galante. Además, destacó que el documento es fundamental porque “habla de cifras concretas y reales con un estudio taxativo provincia por provincia donde podemos dar cuenta de todo lo que estamos diciendo”.

La exposición de las y los panelistas fue breve, para luego dar paso a un extenso debate entre el público presente, desde donde se expresaron preguntas y compartieron experiencias. La charla se inclinó más hacia el parto respetado, tema que estaba muy presente por haber sido la anterior la Semana Mundial por un Parto y Nacimiento Respetados.

Entre quienes asistieron a la presentación, hubo hubo trabajadoras de provincia de Buenos Aires y de Capital, de trabajadores de diversos organismos del estado, nacionales y provinciales, médicas, pediatras, compañeras del área de salud mental, y la concejala Celeste Lepratti, entre otras personalidades destacadas.

Para Lorena Almirón, Secretaria Adjunta de la ATE rosarina, la ocasión sirvió para “pensar mucho en cómo trabajar con las mujeres, con información, dado que son temas que se están hablando mucho entre las compañeras”. Para la dirigente, la importancia de este trabajo radica en que surgió de las propias necesidades de delegados y delegadas, ya que tiene que ver con la salud, que es un tema que interesa y que hay que abordar de manera integral”.

“El aborto no es un tema fácil de debatir, porque hay muchas posiciones sobre el tema, pero se trata, como dice el título del trabajo, de una interpelación demorada y creemos que hay que ponerlo en debate y discusión, igual que la mortalidad materna y las cesáreas. Así como decimos que el tema de género es transversal a toda nuestra actividad, la salud en todos sus aspectos debe ser un tema que atraviese la tarea del sindicato”, aseguró.

 

Los indicadores son inaceptables”

Mario Borini es uno de los autores, junto a Luis Migueles, del trabajo elaborado por el IDEP Salud y fue el encargado de presentar la investigación en el panel realizado en Rosario. Es médico sanitarista y metodólogo y compartió algunas de las principales conclusiones a las que llegó el informe.

“Argentina está muy mal ubicada en mortalidad materna”, disparó, no sin aclarar inmediatamente que “esto no es de ahora, es de hace como 20 años que estamos con indicadores que son inaceptables desde el punto de vista técnico, desde el punto de vista económico y de lo que hoy permite lograr el conocimiento. La Argentina está con un gravísimo retraso”.

La investigación en la que trabajó Borini se basa en la tasa de mortalidad materna, que es la cantidad de mujeres que mueren en un año en relación al total de mujeres que han tenido embarazos, partos y puerperios. Ese indicador es el que permite comparar y saber si se está mejor o peor y si se avanza o no en la mejora de la situación. Actualmente estamos en unas 300 o 350 mujeres que mueren por año por este tema, pero se sabe que hay un subregistro fenomenal. Si uno hiciera un registro más estricto, la cantidad de mujeres que mueren en relación con un parto o embarazo son mucho mayores”, explicó.

En relación a la cesárea el especialista destacó que “la frecuencia es inusitada”, pero que además a veces es solicitada ya por la misma población, “porque la cultura del sistema logró penetrar las mentes de los ciudadanos y ciudadanas. Se está logrando que la población adquiera un hábito que está completamente a contrapelo de lo que la ciencia indica”.

“Esto no es anodino porque las muertes vinculadas a cesáreas son más de 100 por año, es decir, un tercio de las mujeres que mueren. La cesárea se está dando con una frecuencia que en los lugares privados puede ser de hasta el 80%, lo cual es una verdadera calamidad. Y en los lugares públicos, que deberían tener una cifra más cercana a lo que técnicamente se expresa, igual está elevada, en un 20 o 30% de los partos, que también es inaceptable”, analizó.

Al pensar en las políticas que se necesitan para enfrentar estos problemas y reducir la mortalidad materna, el médico apuntó primero que “fue el sistema de salud el que impuso una tasa muy alta. Los profesionales pueden tener algún beneficio, pero el beneficio grande está en la corporación médica, en la corporación de capitales de la salud, ya que ahí es donde se apropian de unos fondos mucho mayores cuando se hace una cesárea en lugar de un parto vaginal. Es decir que hay un problema económico muy importante”.

A eso le sumó que “el poder regulador del Estado no ha existido para poner en caja este tema, tanto desde la formación profesional, que adolece de un defecto muy grande en la crítica de esta situación, como en los registros para que el sistema de información capture el dato y podamos saber cuántas muertes maternas realmente hay, por eso el subregistro es muy grande. Y por otra parte, se debe regular la actividad para que cuando hay un desfasaje tan grande no sea impune. Me parece que el sistema está inmunizado: está actuando así y sabe que no va a pasar nada”, aseguró.

 

* Equipo de Comunicación ATE Rosario


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