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CUS: La salud en tiempos de la lógica empresaria

Detrás del llamativo nombre “Cobertura Universal de Salud” se esconde una engañosa estrategia para permitir el acceso de los negocios privados al sistema de salud pública. Desde el MDS (Movimiento en Defensa de la Salud), ATE Rosario denuncia los peligros de un proyecto que ya ha fracasado en todo el mundo.



El pasado 3 octubre -ante la presencia del por entonces Ministro de Salud, Jorge Lemus, y el Ministro de Modernización, Andrés Ibarra- el presidente Mauricio Macri presentó oficialmente la Cobertura Universal de Salud, que “alcanzaría a 15 millones de usuarios”. Lo que el primer mandatario no mencionó durante dicha instancia es el rotundo fracaso que resultó este sistema en otros países, y que los ciudadanos pasarían a pagar de su bolsillo por un derecho de acceso universal y gratuito, ya consagrado por la Constitución Nacional.

Mucho antes de esto, ATE y las diversas organizaciones que conforman el Movimiento en Defensa de la Salud (MDS) ya venían denunciado lo que verdaderamente busca implementar la CUS, siendo esta necesidad de “asegurar” el derecho a la atención sanitaria a un conjunto de personas que “no tienen asegurado”, la primera falacia desde donde se pretende montar este reforma.

En la Argentina, el acceso a la salud es formal y legalmente universal y gratuito consagrado por la propia Constitución Nacional sancionada en 1994: en su artículo 75, inciso 22, aprueba la inclusión con rango constitucional de tratados internacionales, entre ellos la “Declaración Universal de Derechos Humanos” que en su artículo 25 expresamente indica: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”.

El Coordinador del IDEP-Salud de ATE, Daniel Godoy, explicaba a fines de 2016 durante una disertación en el Salón Héctor Quagliaro que la iniciativa “esconde también una cuestión ya usada en lo que fue el vaciamiento de las empresas del Estado en los '90, que es el desarrollo del descrédito de lo público, para que la gente crea que ir al sanatorio es igual o mejor que ir al hospital”.

Pese a las crecientes dificultades producto de un deterioro programado e intencionado, la presencia del sector público, sus efectores y sus trabajadores, en cada rincón del territorio, son la mejor garantía del acceso a la atención. Dos ejemplos contundentes: Cerca del 60 % de los 750.000 partos anuales que se registran en la Argentina se producen en instituciones públicas; es decir, que no solamente se asiste en el sector público a esa franja poblacional sin seguro, sino que un porcentaje importante de los que lo tienen eligen al Hospital Público como efector. Y el otro ejemplo son las emergencias, cuyos servicios de atención permanente en Argentina están garantizados por el sector público, pero además la pauta cultural más acendrada en la población es que ante una urgencia o emergencia el mejor lugar para atenderse es el hospital.

Si Argentina cuenta con una red pública extensa de efectores y de trabajadoras y trabajadores, distribuida en todo el territorio, abierta y disponible para la atención de quien requiera atención sin discriminación, ¿lo que falta es un seguro de atención básica, o lo que se requiere es fortalecer esa red?

La propia ‘canasta básica’ que hará operativa la CUS, es sinónimo de inequidad, ya que parte de aceptar que para algún sector de la población -aquellos que debieran en función del principio de equidad recibir más- los servicios se limitan a un conjunto acotado. Excluyendo prácticas de salud que hoy existen, limitando derechos o teniendo que acudir a la judicialización de la salud, como se observa en todos los países que han implementado este sistema (Chile, México o Colombia).

 

Actividades por el #NoalaCUS

Santa Fe dio un primer paso decisivo para decirle NO a la CUS en todo el país, cuando el pasado 29 de noviembre se realizó en la Cámara de Diputados de la provincia una jornada especial de debate organizada por el MDS. Allí disertaron la integrante de ATE Rosario Salud Mental, Celina Pochettino, la presidenta de SIPRUS Santa Fe, Fernanda Boriotti, el integrante de la Asociación Santafesina de Medicina General, Juan Pedro Bonifaci, y el ex Ministro de Salud de la Provincia de Santa Fe, Mario Drisun. En dicha instancia, representantes políticos de diversos partidos ratificaron su compromiso en la lucha contra este engañoso sistema de aseguramiento.

El 1ro de diciembre, ATE junto a las más de 70 organizaciones sindicales y sociales de todo el país que integran el Movimiento por el Derecho a la Salud marcharon desde el Obelisco al Ministerio de Salud en el marco de una respuesta colectiva a todo intento de atacar el sistema de salud pública. La movilización se complementó con un Congreso Nacional e Internacional por el Derecho a la Salud, que se extendió hasta el 2 de diciembre.

 

Equipo de Comunicación ATE Rosario

* Nota publicada en el periódico Codo a Codo de diciembre de 2017


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